El otro
día me regalaron, por
equivocación, un libro que me había
leído. Si no llegase a ser por ello, seguramente no hubiese vuelto a
leérmelo hasta dentro de mucho y no podría contaros esto.
La Espada del Destino, de
Andrzej Sapkowski, es un libro de fantasía, pero un poco mas adulta.
Imaginaos un Señor de los Anillos, donde
Aragorn tiene problemas de infidelidad, los
hobbits son perseguidos por razones xenófobas y
Gandalf busca piedras preciosas para evitar que el valor de estas en el mercado baje y ser propietario de una gran fortuna. Es un libro que recomiendo a quien le guste la fantasía y a quien no, que está
estupendamente escrito y con personajes que valen su peso en oro.
Pero lo que os quería comentar era una sensación curiosa que me pasa cuando un libro me engancha. Ya sabes la
historia y, por lo tanto, la sorpresa es mínima mientras lees...pero en casos como este vuelves a sentir lo que siente el
protagonista, te emocionas igual con las cosas que cuenta, no se, es como si no lo hubieses
leído. Esto me pasaba mucho de pequeño, cuando
releía los poquitos libros que tenía en casa, pero hacía años que no me pasaba.
Me quería leer el primer capítulo, que recuerdo que me encantó y
después devolverlo...pero va a ser que se va a quedar en mi biblioteca particular,
XDD.